lunes, 15 de noviembre de 2010

El enfoque semántico comunicativo y la competencia comunicativa

por JOHAN YESID ÚSUGA ÚSUGA

El enfoque semántico-comunicativo va de la mano con la pedagogía del

lenguaje que el MEN (Ministerio de Educación Nacional) quiere delimitar. Todo en el sentido de las nuevas conceptualizaciones e investigaciones desde la semiótica, la lingüística textual, la pragmática y los trabajos sobre cognición, que plantean que el lenguaje está orientado hacia la construcción de la significación a través de múltiples formas de simbolización. En la nueva concepción de la educación que pretende el MEN, y frente a la idea de competencia lingüística, surge la noción de competencia comunicativa planteada por Dell Hymes (1972), la cual introduce un visión más pragmática del lenguaje, en la que algunos aspectos socio-culturales resultan determinantes en cada acto comunicativo: “el niño adquiere la competencia relacionada con el hecho de cuándo sí y cuándo no hablar, y también sobre qué enfocar ese acto de habla, con quién, en dónde y en qué forma. Así, el niño está en la capacidad de manejar diferentes actos de habla, de tomar parte importante en cada evento comunicativo y de calificar las participaciones e intervenciones de sus compañeros. De esta manera, esta competencia puede ser integrada con actitudes, valores y motivaciones y todo lo que tiene que ver con la lengua, con todas sus características y usos, y es integral con la competencia y actitudes hacia la interrelación de la lengua con otro código de conducta comunicativa…”; las unidades de análisis que se derivan de este planteamiento, más que a enunciados lingüísticos, se refieren a actos concretos de habla, inscritos a su vez en actos comunicativos reales en los que aspectos sociales, éticos y culturales, son de una importancia innegable. A partir de estos planteamientos se derivó el denominado enfoque semántico comunicativo: semántico en el sentido de que atiende a la construcción del significado y comunicativo en el sentido de tomar el acto de comunicación e interacción como unidad de trabajo.

La transformación de la educación mediante la nueva concepción ha trascendido también en la pedagogía del lenguaje, que se orientó, desde estos planteamientos, hacia un enfoque de los discursos sociales del lenguaje y en situaciones comunicativas reales. Así, el desarrollo de las cuatro habilidades: hablar, escribir, leer y escuchar, se convirtió en el punto de encuentro de los diferentes currículos. Sin embargo, en el contexto colombiano, el trabajo sobre las habilidades comunicativas básicas se ha dirigido con una orientación muy instrumental, perdiendo las dimensiones socioculturales y éticas e incluso políticas de las mismas. Las ideas del enfoque semántico comunicativo siguen vigentes: el trabajo por la construcción del significado, el reconocimiento de los actos comunicativos como unidad de trabajo, el énfasis en los usos sociales del lenguaje, el ocuparse de diversos tipos de discursos, la atención a los diversos aspectos pragmáticos y socioculturales implicados en la comunicación, son ideas incuestionables, mas la propuesta de centrar la atención en el proceso de significación, además de la comunicación, le imprime un carácter que enriquece mucho el trabajo pedagógico. Por su parte, la otra competencia tenida en cuenta en este texto por su importancia dentro de la educación en lenguaje, es la competencia comunicativa, que es el término más general para denominar la capacidad comunicativa de una persona, ésta abarca tanto el conocimiento de la lengua como para utilizarla. La adquisición de esta competencia está dada por la experiencia social, las necesidades y motivaciones, y la acción, que es a la vez una fuente renovada de necesidades y experiencias (Dell Hymes). Esta competencia, que para Gaetano Berruto es una habilidad que comprende no sólo la habilidad lingüística, gramatical, de producir frases bien construidas y de saber interpretar y emitir juicios sobre frases producidas por el hablante-oyente o por otros, sino que, necesariamente, constará, por un lado, de una serie de habilidades extralingüísticas interrelacionadas, sociales y semióticas, y por el otro, de una habilidad lingüística polifacética y multiforme, es claramente el complemento para lo que aquí se propone acerca del valor que debe tomar la palabra en el contexto escolar.

Desde el enfoque semántico comunicativo, la competencia significativa y la competencia argumentativa, se observa una clara relación que abarca el trabajo con las habilidades comunicativas básicas. Éstas a su vez se relacionan con la habilidad del habla. La escritura por ejemplo, exige, al igual que el habla, que quien produce el texto, proponga una posición sobre la cual va a argumentar durante su escrito, y debe defender con suficientes argumentos y con razones tan sólidas que no tengan lugar a refutaciones. Todos estos argumentos deben fundamentarse en unas premisas relevantes que permitan al final apoyar las conclusiones.

Su relación con la lectura tiene que ver, por un lado, en la medida en que se miren actividades como la lectura en voz alta, que ayudan a fortalecer, en primer lugar, los aspectos formales del habla explicados anteriormente, y en segundo lugar, lecturas que exijan un mínimo de esfuerzo cognitivo para facilitar la capacidad de argumentar.

La escucha, es la habilidad que por excelencia se complementa con el habla, ya que el grado de competencia y efectividad del discurso oral se constituye como uno de los factores que contribuye a una buena escucha. Articulando estas habilidades mediante una didáctica del lenguaje, se estructurará con mayor eficacia la competencia comunicativa, de lo cual se debe esperar que el desempeño escolar de quienes reciben estas acciones educativas sea más efectivo.

Lo trabajado en este proyecto permite aventurarse a afirmar que echando mano del enfoque semántico comunicativo, la forma más eficiente de dar respuesta al interrogante planteado en el inicio, es que hay que abordar el habla como un aspecto de vital importancia en el proceso educativo gracias a su carácter fundador del lenguaje; que es necesario replantear el trabajo hasta ahora llevado a cabo con esta habilidad; y que como maestros debemos mantener nuestro espíritu virgen, como inexplorado, capaz de asombrarse con lo más cotidiano, para poder continuar formando espíritus capaces de ver grandes descubrimientos en las cosas más pequeñas, como el habla, por ejemplo.

Cine y educación: fundamentación de una experiencia en la enseñanza de la lengua

por Gloria Janeth García



La literatura infantil tiene tantas opciones como tantas películas que se han construido a través del tiempo y de la historia de esta clase. Es importante hacer una introducción de lo que se quiere dar a conocer, de hacer un acercamiento, de guiar en qué se puede leer para arrojar unos buenos resultados que permitan a los niños construir otros mundos, otros espacios y que ellos sean los creadores de esas nuevas historias. Como dice Argüello: “Quizá debamos decir por ahora que lo opuesto o el quiebre a la desvigorización de la realidad no es lo virtual, sino que la representación, el mito, la metáfora, son los verdaderos insumos de la literatura y el cine”. [1]

No es sólo una herramienta que aporta al estudiante, también destruye, la Internet mal utilizada desvía la atención o concentración de lo que se quiere lograr, por eso no hay que dejar perder los valores o las tradiciones de un país, pueblo o comunidad que aporta en el desarrollo de la cultura y que a través de estos elementos como el mito y la metáfora, se pueden recuperar muchos de los valores y tradiciones para que no sean olvidadas. Se debe guiar al estudiante a un buen uso de esta herramienta, a sacar todo el provecho que se puede tener, desde encontrar libros completos, artículos y elementos que ayudan a un mejor desarrollo o desempeño de sus habilidades.

Como es de conocimiento de todo maestro de lengua castellana, la competencia literaria es una de las habilidades que se deben desarrollar en los procesos de aula, y la única manera de desarrollarla es a través de la lectura de textos, de su comprensión lo cual es un acto individual, la lectura; por medio de ésta se adquiere el conocimiento de la competencia lingüístico-comunicativa.

Desde el esquema teórico, el proceso de significación, puede llegar a ser igual de la constitución humana con el desarrollo de los procesos éticos, estéticos y socio-culturales. En lo ético, teniendo en cuenta todos aquellos valores que se inculcan desde la escuela. Lo estético, la creación del sentido, en este caso el sentido de la vida, de todo lo que lo rodea, los espacios, el arte, etc. Lo socio-cultural, desde la conciencia y el análisis se creen seres con sensibilidad por una sociedad que se hace parte de ella y a partir de su posición como sujeto que aporta a la sociedad y a la cultura desde su propia significación de todo lo que lo rodea.

El lenguaje es lo que hace al hombre un sujeto, lo incluye en una sociedad ya que el hombre siempre está mediado por el lenguaje, esto se da en su interacción con los otros y con su contexto, con el medio.

Dentro del contexto de la Institución Educativa José Félix de Restrepo, específicamente del grado 6º de la sección 5, durante el año 2007 se estuvo realizando la práctica profesional, en el área de Lengua castellana. Dentro de este contexto educativo, se presentan muchos tipos o actos conversacionales, sería interesante poder realizar una investigación sociolingüística, pero ahora sólo se hará una pequeña presentación de lo que sucede dentro de un aula y un grado, porque hablar de investigación implica un proceso largo, que toma bastante tiempo.

Es en estos espacios, en las aulas donde convergen toda una estructura de ciudad, una pluriculturalidad si se puede decir, porque a esta institución llegan estudiantes de toda la ciudad de Medellín, de todos los estratos sociales.

Relacionando todo esto con la con los actos de habla y de sociolingüística, se habla de contexto social y situaciones conversacionales que se dan dentro del aula, todo esto tiene que ver con la pragmática, se habla de lingüística, de sociedad de los procesos para producir el pensamiento y el habla, como la psicolingüística, en conclusión la sociolingüística es una disciplina que estudia la diversidad y la variedad de las lenguas, en particular los cambios que se presentan y su diversidad, a través del tiempo, del espacio, las clases sociales, y a través de las situaciones sociales.

Es importante tener en cuenta que para que se den estos procesos, debe haber una necesidad de conocer, de querer aprender o experimentar, para esto es importante la estimulación, la cual se hace a través del lenguaje y realidad como un proceso de abstracción. Si se tiene en cuenta la configuración lógico-semántica, nos presenta lo siguiente:

Enunciado – significante – significado, a partir de éste el sujeto obtiene sentido y articula su lenguaje, de esta manera se llega a la semántica, a la representación y concepto de lo real.

A partir de este resumen de la práctica de la comunicación, esta es la interacción de las prácticas sociales, el sentido y la realidad, cada ser tiene una significación, la configuración semántica en sentido transformado de la realidad.

Jerome Bruner psicólogo norteamericano propone la teoría interaccionista donde junta la teoría de Piaget con la de Vigotsky, éste es el teórico del constructivismo social, esta teoría se basa en la actividad mental, la cual está estrechamente relacionada con el concepto de lo social, donde se da una interrelación estrecha entre los procesos que se dan en la mente y la mediación del contexto sociocultural.

Bruner sustenta que el niño está en constante transformación, ya que su desarrollo depende de los estímulos y elementos culturales, el contexto, como sus padres, profesores, amigos y demás personas que son parte de su medio ambiente. Esto quiere decir que el niño está en un constante contacto y un número de situaciones que le dan la experiencia que le permiten adquirir los conocimientos ya antes vistos, teniendo en cuenta este contexto de cómo se dan los procesos de enseñanza y aprendizaje a partir de la sociolingüística y la semántica, el autor presenta cómo guiar en los procesos que ayudan a la apreciación del cine cuando se combinan con las obras literarias.

- Las palabras que sirven como manera de significación para la formación de conceptos, invita a descubrir su significado.

- El diálogo que se da en todo el proceso de desarrollo, entre el adulto y el niño, el cual orienta, motiva y estimula la participación del niño en su contexto.
- La escuela como espacio donde se permite desarrollar las anteriores para adquirir experiencias y conocimientos a través de la vivencia.

- Los conceptos científicos que se transmiten a través del verbo.

- La aparición del problema, que es una necesidad para adquirir el conocimiento, ya que es la fuente de desarrollo intelectual. De no ser así no habría desarrollo intelectual.

Cuando se habla de la escritura como tal, se tiene el concepto que escribir es sólo para quien sabe hacerlo, que es sólo para unos cuantos, porque no todo el mundo tiene la misma capacidad de producción textual y que escribir es sólo para los que tienen ese don, se tiene este concepto desde el texto literario, donde la palabra se lleva al texto de formas que a primera vista se ve complicada, que no todas las personas saben utilizar. Al inicio de éste marco teórico, se presenta que el escribir es un proceso donde el escritor debe interpretar, reconocer, postular e identificar, todo aquello que se quiere decir y de qué manera.

“No parece caber en estos imaginarios la identificación del escritor como un trabajador con el lenguaje, que puede vivir con el oficio del escribir en los múltiples actos de producción social; es decir, nuestro dilema como profesores está en dichos imaginarios para mostrar que escritor no es sólo quien “crea” artísticamente sino que es todo aquel que produce unos bienes que también para el consumo – los textos, sean literarios, científicos, políticos, periodísticos, gastronómicos, hemerográficos, etc. Se trata de comprender entonces lo “creativo” no se restringe únicamente a la imaginación poética o artística sino que es una propiedad inherente a la dinámica del pensamiento (cf. Pierce, 1965; Gardner, 1987), esta dinámica es observable en los distintos modelos de la oralidad y de la escritura (sea argumentativa-explicativa, propagandística, narrativa, lírica, folclórica, etc.)”[2]



[1] Ibíd. Pág., 48

[2] Valencia Jurado Fabio, Cuadernos pedagógicos, Universidad de Antioquia, Edición especial, No 9. 1999. Pág.209